La canoa es una embarcación que jamás pasará de moda. Opino
incluso que remar una canoa tiene un hálito de romanticismo, algo que en
tiempos de tecnología exacerbada se ha perdido un poco.
Hoy día todo es gps, teléfonos satelitales, etc. Y está bien,
no tengo ninguna objeción con el uso de estos dispositivos.
Pero, ¿saben?, es para un placer ir con lo mínimo. Brújula,
mapa.
Una vez, en los años 80, me encontraba en el valle de
Kamarata. Y en el camino hacia el auyantepui, un compañero me preguntó: “¿Qué pasa
si nos perdemos?. Le respondí en tono de broma: Si no te importa dónde estás,
nunca estarás perdido”. En realidad quería bajarle la ansiedad, cosa que no
logré con mi respuesta.
Lamento decirles que mientras esté en el río, no podré
informarles salvo que consiga algún sitio donde exista cobertura para mi teléfono.
Estoy seguro que podré, en algún momento, comunicarme y dar un breve informe de
cómo han ido las cosas.
“Ríos de Suramérica” es un proyecto que me ha llevado a
preguntarme, ¿Cómo navegaban nuestros indígenas 600 años atrás. Y estando en
Alto Ventuari, Don Isaías Rodríguez(+), jefe de la aldea “El Danto”, me contaba
algunas anécdotas e historias de cómo, en aquellos días donde no tenían motores
fuera de borda, navegaban río arriba y río abajo nada mas que con sus
conocimientos del área. No en vano los yekuana son considerados, desde hace
muchos cientos de años, como diestros navegantes.
En fin, llevo unos mapas y una brújula para orientarme. Es
todo.
Minimalismo.“Menos es más”
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