lunes, 11 de julio de 2016

Preparativos. La parte más difícil.

Se podría pensar que la parte más difícil en los preparativos de una salida de estas características, está referido a todo lo técnico, al equipo, al estudio de la ruta, a la preparación de la canoa, la dieta, etc.

No , no es esta la parte más dura. La parte más difícil es el sobreponerse a la "atmósfera anímica" que hoy actúa sobre nosotros. La lucha diaria es transmutar ese ambiente de pesadumbre, de problemas reales y otros subjetivos, magnificados, exagerados algunos, otros reales y muy graves.

Mi país vive momentos duros. Son momentos en los que la desesperanza se mezcla con todo tipo de emociones ( impotencia, rabia, tristeza). NO hay un lugar, un momento en el que la temática no sea reiterativa, girando siempre alrededor de lo que acontece: lo crítico es que cada uno tiene la "verdad" del asunto" y por imponer la verdad se crea un ambiente tóxico.

Todo cambia, todo se mueve, nada es estático en ningún nivel de la creación. Mantener el balance es preciso para no dejarse arrastrar por la emocionalidad de los eventos y, de esta manera, ir avanzado en los preparativos de un viaje, expedición, aventura, como se quiera ver.

Ya hay problemas implícitos en el transcurso del viaje, en la ruta. Imponderables para los cuales necesitaré la cabeza bien "fría" para objetivamente resolver.

Es un balance delicado que precisa atención; una atención pero en relajación como si se fuera al ritmo de la canoa: suave, fluído, con ritmo.

Los preparativos siguen a su ritmo, como dijera un compañero: "Sin pausa pero sin prisa" Ramón Blanco.


No tengo opciones, ni las quiero. Mi única opción es recorrerme estos ríos, contactar estas gentes y tratar, en lo posible, de que este tesoro natural y humano se preserve en su mejor y más positiva expresión.




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